Uclés es una pequeña villa llena de historia, ocupada desde tiempos celtíberos. Tuvo una importante presencia romana, árabe y posteriormente castellana, en especial a raíz del año 1174 en el cual la orden de Santiago, forzada a abandonar Cáceres por los almohades, ubica aquí su sede, su “caput ordinis” y construye el edificio más reconocido de Úcles, el famoso monasterio que reconocerás en muchas películas y series, pero eso te lo contaré más adelante. El lugar ha tenido la mala fortuna de ser el escenario de cruentas batallas.
Hoy vamos a conocer mejor todo lo que rodea este impresionante monasterio y sus alrededores, entender un poco quienes eran los caballeros de Santiago y, con suerte, quizás te animes a visitar el lugar y a vivir la experiencia por ti mismo.
Historia breve de Uclés
Como me gusta empezar las historias desde el principio, comencemos con los orígenes de Uclés. Este pequeño municipio de la provincia de Cuenca, fue habitado desde el paleolítico, tuvo ocupación celtíbera al menos desde el siglo VI AC hasta la ocupación romana.
Uclés se encuentra a escasos 13 km de la importante ciudad romana de Saelices (Segóbriga), y en el paso de una de las más importantes calzadas romanas de esos tiempos, la que unía las ciudades romanas de Carthago Nova (Cartagena) con Complutum (Alcalá de Henares).
La visita al yacimiento arqueológico de Segóbriga es un excelente añadido a este recorrido si dispones de algo de tiempo por la zona.
Volviendo a Uclés (Ocules), de su época romana se conserva una necrópolis. También hay unos escalones o gradas de época romana en la Fuente Redonda, probablemente para facilitar la inmersión en rituales.
Un ara votiva encontrada en la necrópolis nos habla del culto en el lugar al dios Airón, un dios prerromano al que se adoraba asociado a aguas subterráneas, fuentes y manantiales en diferentes lugares de la península, un dios de la vida y la muerte, el más allá y el inframundo.
Si visitáis el lugar encontrareis una réplica ya que el ara original se encuentra en el museo de Segóbrija. Esta fuente surte de agua de forma continua a los habitantes de Uclés desde tiempos inmemoriales.
En tiempos visigodos la ciudad se amuralla. Pero serán los musulmanes durante su ocupación los que harás de Uclés (Uklis) un enclave importante. A finales del siglo IX la ciudad contaba con termas, mezquita y lo más importante una imponente fortaleza amurallada con 7 torres que actuaba como bastión defensivo de la marca media de Al-Andalus y frontera con Castilla (Albar Llana).
En los alrededores de la fortificación tuvo lugar en 1108 una importante batalla entre fuerzas cristianas en nombre del rey Alfonso VI de León y los almorávides de Tamim ben Yusuf, la Batalla de los 7 Condes, una gran derrota para los cristianos en la que se estima que perdieron la vida 3.000 personas por el bando cristiano. Como consecuencia de la batalla o durante ella, falleció el hijo y heredero del rey, el infante Sancho Alfonsez (que no debía contar más de 15 años en ese momento).
La fortaleza nunca fue conquistada, su cambio de manos siempre fue consecuencias de acuerdos y negociaciones, pasó definitívamente a manos cristianas en 1157.
La fortaleza de Uclés y las rentas asociadas fueron puestas por el rey Alfonso VII en manos de la orden de San Juan Hospital (1163) y más tarde a la orden de Santiago en 1174 por Alfonso VIII.
La orden de Santiago había tenido que abandonar su sede original en Cáceres en 1173, debido al avance almohade. Los últimos 40 caballeros de Santiago que defendían la ciudad, según la leyenda, se negaron a abandonar las armas y fueros masacrados. Uclés pasó a convertirse en sede de la orden en el reino de Castilla (y San Marcos de León en el reino de León), hasta el año 1230 que se unifican las coronas de Castilla y León, y Uclés queda como la “caput ordinis”.
Los santiaguistas construyen su iglesia y monasterio sobre la anterior fortaleza islámica (de esta solo se conserban 3 de las torres).
Durante la Guerra de la independencia, se produjo otra importantísima batalla a los pies del monasterio, la famosa Batalla de Uclés, que supuso una gran derrota para los españoles. Los franceses saquearon la ciudad en varias ocasiones y destruyeron sus murallas para evitar que pudieran usarse como defensa (1809-1810).
En 1873, tras la supresión de las órdenes militares por el gobierno de la primera república, el monasterio pasó a mano de los jesuitas que lo usaron como colegio.
Durante la Guerra Civil, el monasterio y la iglesia son completamente expoliados y el recinto empleado como hospital y luego como prisión franquista. Han aparecido fosas con más de 300 cadáveres.
Más tarde funcionó como seminario y actualmente es monumento y lugar de exposiciones.
El Monasterio de Uclés
La construcción del edificio se prolongó entre 1529 y 1735, más de 2 siglos. Razón por la cual el monasterio presenta tanta variedad de estilos: plateresco, herreriano, churrugueresco, …Para su construcción se aprovechó mucha piedra del yacimiento romano de Segóbriga.
Accederemos al recinto por su fachada sur, realizada en el s XVIII y atribuida a Pedro de Ribera, uno de los grandes arquitectos del barroco español, toda la parte superior de la puerta está profusamente esculpida, con alusiones a la victoria de los caballeros de Santiago sobre los infieles.
En la parte superior corona la fachada la imagen del apóstol Santiago, portando una espada (otra denominación de la orden de Santiago fue la de caballeros de la espada) en la que se puede leer “Fidei defensi” (Defensa de la fe) y la cruz maestral que portaban los grandes maestres en batalla. A sus pies la inscripción “Caput Ordinis” que identifica el lugar como sede o cabeza de la orden.
Cruzamos el acceso para entrar en su claustro barroco, de grandes proporciones, con doble altura, rodeado de 36 arcos. En el centro, actuando como foco de atención el aljibe, muy ornamentado y con varias representaciones alusivas a la orden. Este lugar, así como el resto de las zonas aparecen en diferentes escenas de películas y series que os mencionaré más adelante.
El claustro superior cerrado, servía de zona de paseo y recogimiento en los fríos meses de invierno. ¿No lo he dicho aún? En Uclés hace bastante frío en invierno.
Las dos plantas se comunican con una enorme escalera de estilo imperial, probablemente uno de los puntos más reconocibles que aparece en diferentes producciones. Si os fijáis bien observareis que los arcos no son simétricos, de modo que se han incorporado unos trampantojos para corregir visualmente este efecto.
Otro de los puntos que impresionan del lugar es el refectorio, con su magnífico artesonado de madera. 36 cabezas talladas con esmero en la madera del pino melis representan a grandes maestres de la orden y al emperador Carlos V.
En la actualidad la visita realiza una proyección multimedia sobre el artesonado que narra algunos detalles de la orden y de las figuras, si bien es una proyección atractiva, al mismo tiempo dificulta poder apreciar bien otros detalles de la sala.
La curiosidad de esta sala es una cabeza de calavera, supuestamente representando a D. Álvaro de Luna, un gran maestre muy poderoso que por abuso de su situación o por envidias a su increíble poder terminó muriendo ajusticiado.
Una curiosidad poco conocida de este Gran Maestre es que escribió una obra casi enciclopédica contra la misoginia imperante en la época: Libro de las claras e virtuosas mujeres, donde recogía en tres tomos referencias del rol destacado de mujeres bíblicas, mujeres en el mundo clásico y de las mujeres cristianas. En crítica documentada al maltrato generalizado que se daba a los personajes femeninos en la literatura de la época.
Continuando la visita llegamos a la sacristía, donde también hay una proyección multimedia. Bien. Pero de nuevo, la oscuridad para facilitar el visionario, no me permite apreciar la sala. Una de las más antiguas del complejo, realizada en plateresco. Hay un par de elementos que merece la pena observar:
Si tienes ocasión observa la gran pila o aguamanil de una única pieza de mármol y sobre esta la cruz de Santiago y la de Pedro Fernández, el primer gran maestre. Y al otro lado de la sala la decoración en vivos colores de los interiores de armarios también merece la pena.
Una vez recorrida la planta superior que suele albergar exposiciones, nos dirigimos a la Iglesia.
La Iglesia del Monasterio
Poco queda de lo que fueron los elementos que embellecían la Iglesia. La mayor parte del retablo, pinturas e incluso la reja se destruyeron durante la Guerra Civil. Solo quedan originales las pinturas del techo y la parte más alta del retablo.
La pintura de Santiago en la batalla, que preside el altar también es original, aunque ha sufrido profundas restauraciones. El cuadro alude a la intervención del santo en la mítica batalla de Clavijo.
Como curiosidad en este monasterio está enterrado el poeta Jorge Manrique, autor de “Coplas por la muerte de su padre”, su padre era un noble de rancio abolengo y Gran Maestre de la orden de Santiago. El autor murió cerca de Garcimuñoz luchando a favor de Isabel la Católica en la guerra de sucesión de Castilla.
COPLA I Recuerde el alma dormida avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida cómo se viene la muerte, tan callando; cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado, fue mejor.
HORARIO De Martes a Domingo Horario: De 10:00hrs a 14:00hrs De 15:00hrs a 18:00hrs* (desde 2 Noviembre al 28 Marzo) De 16:00hrs a 19:00hrs** (desde 29 Marzo al 1 de Noviembre) Lunes CERRADO Horario pases iluminación Mañana: desde las 10:15 hasta la 13:00 (pases cada 15 minutos). Tarde: desde las 15:15 hasta las 17:00 (pases cada 15 minutos) * (desde 2 Noviembre al 28 Marzo) Tarde: desde las 16:15 hasta las 18:00 (pases cada 15 minutos) **(desde 29 Marzo al 1 de Noviembre) Tiempo mínimo recomendado para la visita; 1h 15min Precio: 8 € pax https://www.monasterioucles.com/horarios-y-tarifas
Alrededores del Monasterio: la antigua fortaleza
Al principio dijimos que se había usado piedra de Segóbriga, una prueba de ello, frente a la entrada principal, donde está el aparcamiento pueden verse los restos de lo que debieron ser las caballerizas, en la portada piedras reaprovechadas de una basílica visigótica. Fíjate en los restos de pequeñas cabezas animales talladas en esas losas. Una autentica rareza dentro de este tipo de arte.
Y ahora que estás en el exterior observa los restos de lienzo de las murallas y las torres de la fortaleza musulmana. En la parte oeste podrás disfrutar de las vistas de la llanura donde discurre el río Bedija, el llano escenario de batalla históricas y cinematográficas.
El Pueblo de Uclés
Tienes tiempo para dar una vuelta por el pueblo de Uclés. Pasea por sus calles, baja hasta la fuente de los 5 caños, donde según la costumbre, aquel que bebe del caño central encuentra pareja.
Atravesarás la puerta del agua, la única en pie de la muralla medieval.
En la plaza del pueblo Pelayo Quintero, el ayuntamiento del S XVII y la Iglesia de Santa María.
Varias calles con casas blancas blasonadas, acogían las viviendas de los miembros casados de la orden.
¿Sabías que?
Pelayo Quintero, que nació en Uclés, es como el Indiana Jones español, además se le considera el pionero en la arqueología nacional.
Tomar algo
Si buscas un logar donde picar algo o tomar una cerveza, un vino o un vermuth, te recomiendo acercarte a WineVictim en la calle Trinidad 19.
Para comer en un restaurante castellano, muy cerca de Uclés en dirección a Saelices tienes Casas de Luján, con excelentes propuestas y productos de la tierra.
Puedes aprovechar para probar los vinos con Denominación de Origen Uclés o visitar alguna bodega de la zona como las de Finca Antigua, Finca la Estacada, Mont-Reaga o Illana.
Visitas en los alrededores
A unos 13 km encontramos Parque Arqueológico y Museo de Segóbriga, cuya visita es muy recomendable si tienes curiosidad por la historia y la cultura.
El Monasterio en el cine
El monasterio ha sido elegido como decorado de varias producciones nacionales e internacionales, las más conocidas:
Películas:
- The Four Musketeers(1974 – Richard Lester)
- Alatriste ( 2006 – Agustín Díaz Yanes)
- El rey pasmado (1991 – Imanol Uribe)
- El oro de Moscú (2002 – Jesús Bonilla)
Series:
- El ministerio del tiempo (RTVE). 1º Temporada Cap 3. 4º Temporada Ultimo Capítulo
- Aguila Roja (RTVE). Capítulos 13 y 23.
- Los misterios de Laura (cap 15)
- Libertad (Movistar. Enrique Urbizu, 2021)
Notas breves sobre la Orden de Santiago
Vamos a conocer un poco mejor algunos detalles de la orden guerrera más deseada en los siglos pasados, la orden de la espada u orden de Santiago.
Aunque la tradición habla de su fundación tras la batalla de Clavijo por el rey Ramiro I de Asturias en torno al 844. Hoy en día los historiadores no creen que dicha batalla se produjera, sino más bien que se trató de una construcción mitológica para dar entidad de santa cruzada o mandato divino, a la recién estrenada reconquista.
Una aproximación más histórica nos habla de como los monjes agustinos de San Eloy de Loyo, cerca de Compostela, deciden tomar las armas a imagen de la orden de Calatrava, para velar y proteger los caminos a Compostela, tras el asalto que sufrió la ciudad el 997, por parte del caudillo Abu ʿAmir Muhammad ben Abi ʿAmir al-Maʿafirí (939-1002), más conocido como Almanzor.
En 1170, el rey Fernando II de León, impresionado por el acto de los agustinos llama a 13 caballeros y les encomienda la defensa de Cáceres (una de las ciudades más disputada durante la contienda), todavía no son la orden de Santiago sino su predecesora: los Fratres o Caballeros de Cáceres. En este momento nada les vincula aún a la defensa de los peregrinos, su función principal es la protección de Cáceres.
A lo largo de todas las rutas se fundan hospitales y lugares de protección para los peregrinos cristianos. Los fratres de Cáceres se unen a los agustinos para reforzarse mutuamente, caballeros + monjes. Esta unión se autodenominará Freires de Santiago, haciendo juramento de defensa de los caminos de peregrinación. Poco después 1171 se cambiarán el nombre a Caballeros de Santiago y solo un año después la orden ya se habrá extendido por los reinos de Castilla, Aragón, Inglaterra, Francia, entre otros. Aunque su mayor poder se centraba en los dos primeros.
En 1173 el emir Yusuf-abu Yacub recuperó la ciudad de Cáceres y, según la leyenda, aniquiló a 40 miembros de los Fratres que resistían y que se negaron a bajar las armas. Aunque la leyenda local ubica esta resistencia en la torre de Bujaco, en realidad se cree que debió producirse en la torre del Palacio de Carvajal, ya que en esa época la muralla no se había levantado.
Al perder el control de Cáceres, donde se encontraba su sede, los reyes de León y de Castilla se disputan a la orden, obligándoles a disponer de una sede en cada reino: San Marcos de León en León y Uclés en Castilla. Esta doble jerarquía representó conflictos dentro de la orden hasta que tuvo lugar la unificación de ambos reinos.
El rey Alfonso XI de Castilla descontento con la elección del 26º maestre le acusa de traición nombrando a su hijo bastardo Gran Maestre y generando un conflicto con los trece y con el Papa Benedicto XII. Se suceden épocas de bonanza con momentos de conflicto y luchas internas, y dobles maestrazgos.
En 1476, para acabar con las luchas los Reyes Católicos consiguen que el Papa Alejandro VI le conceda el maestrazgo de la orden a la corona, a esta se unieron los maestrazgos de Calatrava y Montesa en 1523, en tiempos de Carlos I. Posteriormente se les uniría la orden de Montesa en 1587.
Los caballeros santiaguistas participaron en casi todas las grandes campañas de la reconquista y acumularon un gran poder e inmensas riquezas.
La orden de Santiago fue la primera que permitió a los caballeros que se casaran, no como las órdenes más severas de Calatrava y Alcántara. Lo que la hizo más atractiva y ansiada entre los caballeros aspirantes.
Tenemos tres clases de miembros en la Orden: los caballeros casables, algo exclusivo de la Orden de Santiago; los caballeros estrechos, de vida más rigurosa, que profesaban el celibato y vivían en comunidad; y los canónigos regulares o monjes santiaguistas que se destinaban a la celebración del culto y a la asistencia espiritual de los demás miembros.
La regla santiaguista obligaba al voto de pobreza y obediencia, pero no al voto de castidad (aunque recomendaba el celibato, que naturalmente no era muy popular). A los caballeros casados se les permitía vivir con sus hijos y esposa.
En sus comienzos unirse a la orden no era difícil mientras se cumplieran los requisitos, pero con el paso de los años y la demanda, el acceso cada vez se volvió más elitista. Este mismo elitismo lo hacía a la vez más atractivo para la alta nobleza y personalidades relevantes. El emblema de la orden era motivo de orgullo entre los aceptados que lo exhibían como prueba de hidalguía. Prueba de ello son los conocidos artistas Diego Velázquez o Francisco Quevedo.
Se puede decir que de todas las órdenes que se establecieron en la península en la época medieval, la más rica e importante fue sin ninguna duda la Orden de Santiago, junto con la Orden del Temple.
Los tres votos que hacían los caballeros al ingresar en la Orden eran:
- Obediencia a sus superiores.
- No tener nada propio sino con licencia del gran maestre.
- Castidad conyugal.
A los cuales añadió en 1655, un cuarto voto, el cual era defender la Inmaculada Concepción de María.
Además, los caballeros, estaban obligados a dejar en herencia su taza y mula, es decir, sus bienes de civil, al maestre; y su caballo y armas, es decir sus bienes de guerrero, al comendador mayor.
La Orden de Santiago posee todavía en España ciertos territorios, como el Campo de Montiel, León de la Orden de Santiago, Tentudía y el Valle de Ricote, en los que hoy ejerce solamente la jurisdicción eclesiástica, o el derecho de patronato.
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