Cuando yo era niña, los libros y el cine eran mi principal fuente de inspiración. Solían tener en común que desplegaban ante mi infantil imaginación un abanico inmenso de posibilidades, de aventuras y de lugares maravillosos en los que las reglas del mundo, tal y como yo las conocía, simplemente no aplicaban.
Yo vivía en un mundo de personajes de Verne, de Salgari; de destinos tan remotos como los que era capaz de crear la loca especulación de la ciencia ficción.
Todos esos relatos maravillosos acarreaban un terrible defecto: ninguna mujer era la protagonista de esas aventuras.
Mi condición femenina parecía colocar ante mis pies un abismo infranqueable. ¿Estaba condenada a que esas maravillas solo llegasen hasta mi en la literatura o en el cine? Todo por una fatalidad: la de haber nacido mujer.
He recorrido muchos kilómetros desde aquellas dudas infantiles, y los desgastados sellos que decoran mis pasaportes dan fe de lo erróneo de mis temores. Porque mientras que yo buscaba heroínas a las que admirar, sus historias simplemente permanecían ocultas a mi vista. Porque sí, existían valientes aventureras. Mujeres viajeras en todos los tiempos y latitudes, que desafiaron los roles y las expectativas de su sociedad y se atrevieron a descubrir un mundo que no tiene ni límites, ni barreras.
Hoy, la Cruz adulta, rinde un humilde homenaje a aquellas mujeres que no conocí, pero que, sin verlas, dejaron las huellas y trazaron los senderos que hoy recorro. Te presento solo a unas pocas de las grandes, de las que debieron estar en los estantes de la biblioteca de mi colegio.
Estoy segura de que te van a sorprender.
VIAJERAS DEL PASADO
El viaje no es algo nuevo para el ser humano, nuestras antecesoras, fueron grandes viajeras y nómadas, movidas por la necesidad y la curiosidad. Pero me voy a centrar en aquellas que además de viajar, lo contaron: las narradoras de viajes, las trovadoras de los caminos.
Egeria
La primeras viajera del listado es una mujer del imperio romano: Egeria. En el siglo IV ella, una devota cristiana, emprendió una peregrinación a Tierra Santa, desde la Gallaecia (Galicia romana) para conocer los sagrados lugares. Durante el viaje escribió cartas para sus amigas en las que describía lo que le iba aconteciendo. Como un diario de viajes, Egeria narra en lenguaje sencillo y sin pretensiones, su recorrido, sus encuentros y lo que la sorprende. No tiene grandes pretensiones estilísticas. Es un texto inocente, pero fundamental para conocer muchos usos y liturgias de su tiempo, las características del viaje o los lugares sagrados. El texto, aunque nos ha llegado incompleto se conoce como el “Itinerarium ad loca sancta” o “Diario de viaje de Egeria“.
Después de ella, las crónicas medievales nos hablan de la peregrinación a Compostela de numerosas mujeres. En el siglo XII, Bona de Pisa peregrinó hasta nueve veces a Compostela como guía de peregrinos y Gilberga de Flandes llevó consigo el original del Codex Calixtinus desde Roma a Santiago. En el siglo XIV, viajaron Brígida de Suecia y la reina Isabel de Portugal. En el siglo XV, Margery Kempe visitó los principales lugares sagrados de la cristiandad. El relato de sus viajes constituye una parte relevante de su libro, “The book of Margery Kempe” (ca.1436), obra considerada la primera autobiografía en inglés. (Fte. https://womenslegacyproject.eu/).
Isabel Barreto de Castro
En el siglo XVI otra española se marcaba el mérito de ser la primera mujer que conozcamos al frente de una expedición naval española, fue Isabel Barreto de Castro. El 9 de abril de 1595 zarpó, junto al que era su marido de la ciudad de Lima, con destino a las islas Salomón; se pensaba que en estas islas se podían encontrar grandes tesoros (su nombre Salomón, le viene dado en relación con el rey bíblico Salomón). También barajaban la posibilidad de encontrar una ruta a la Terra Australis Incógnita, la que resultaría ser Australia.
Durante el viaje su marido enfermó de malaria y murió, pero antes nombró a su esposa Marquesa del Sur, su heredera y sucesora como gobernadora y como adelantada de la expedición. Isabel con sus naves descubrió las islas Marquesas, que llevan su nombre. Ella no nos contó sus aventuras, pero puedes encontrar varias biografías interesantes:
- Fernández y Fuentes, Belén (1995). “Isabel Barreto, una mujer en el Pacífico”, en Cuaderno n.º 26 del Instituto de Historia Naval. Madrid: Instituto de Cultura e Historia Naval.
- Gómez-Lucena, Eloísa (2013). “Biografía de Isabel Barreto”. En Españolas del Nuevo Mundo: ensayos biográficos, siglos XVI-XVII. Madrid: Cátedra.
- Maura, Juan Francisco (2005). “Españolas de Ultramar“. Valencia: Universidad de Valencia.
Aunque no se ha hablado mucho de ello, las mujeres ocuparon un lugar determinante en la naciente sociedad hispanoamericana. Treinta mujeres acompañaron a Colón en su tercer viaje, más de 300 llegaron a Santo Domingo en el primer cuarto del siglo XVI y la población femenina constituyó casi una tercera parte de los pasajeros embarcados con destino a América entre 1560 y 1579. Entre esas mujeres existen historias de gran interés, como la de Catalina de Erauso, Isabel de Guevara, Inés Suárez o la mulata Beatriz de Palacios. (Fte. https://womenslegacyproject.eu/).
Isabel de Godín
Seguimos en las américas del siglo XVIII, que estaban bajo el mandato del imperio español. Nacida en la actual Ecuador, Isabel de Godín fue protagonista de una celebre historia de supervivencia en el Amazonas. Cuando en 1769 intentaba reunirse con su esposo, del que llevaba 20 años separada. Se enfrentó a un dantesco viaje, cruzando primero la cordillera de los Andes y, más tarde, la cuenca del Amazonas durante el cual los 42 acompañantes de la expedición murieron o desaparecieron. Isabel consiguió sobrevivir sola en la jungla durante 10 días, abandonando los cadáveres de sus hermanos, sobrevivió a duras penas vagando hasta que consiguió la ayuda de dos indígenas locales.
Descalza, semidesnuda, dos mantillas y una camisa hecha jirones por las zarzas apenas si cubrían sus carnes; cortó los zapatos de sus hermanos, y se ató las suelas a los pies.
La historia terminó bien y el matrimonio consiguió reencontrarse. Su epopeya se hizo muy popular. En Europa era la invitada de honor en salones y fiestas para narrar sus aventuras, aderezadas con bastante romanticismo.
El relato de su periplo, titulado: «Contando las aventuras de Madame Godin y su paso a través del río Amazonas en 1770”, ha inspirado varias novelas.
Jeanne Baret
Mientras Isabel de Godin ponía a prueba su instinto de supervivencia, la francesa Jeanne Baret, se burlaba del sistema misógino imperante y se enrolaba en la expedición de Bougainville a bordo del navío Étoile. El objetivo era dar la vuelta al mundo, pero lo hacía disfrazada de hombre y acompañando a su pareja, el botánico Dr. Philibert Commerson.
Notable botánica, Baret con tan solo 22 años ya había descubierto y catalogado más de 3000 nuevas especies vegetales en Francia. En total, la pareja recogió a lo largo de la expedición más de 6000 muestras de especies vegetales de los lugares que visitaron, es decir, de Brasil, del estrecho de Magallanes, de Tahití, de Madagascar y de Mauricio. Entre las principales contribuciones de Jeanne Baret se encuentra la primera descripción de la enredadera, a la que decidió llamar Bougainvillea en honor a la expedición. Se considera a Jeanne la primera mujer documentada, en dar la vuelta al mundo en barco.
VIAJERAS DECIMONÓNICAS
Con la llegada del siglo XIX aparecen algunas de las mujeres viajeras más fascinantes de las que tengo conocimiento. Mujeres que desafiando las expectativas de la sociedad victoriana y el puritanismo de su época se lanzaron a emprender grandes viajes, incluso en solitario por lugares tan indómitos como América del Norte, África y Asia. Destacan los personajes de:
Valérie Boissier
Valérie Boissier, con el pseudónimo de Madame Agénor de Gasparin, se dedicó a viajar y a narrar sus viajes. Mujer que provenía de buena posición social y contaba con una gran erudición que incorpora en sus obras:
- “Voyage d’une ignorante dans le midi de la France et l’Italie“. (1835) 2 vols. Paris: Paulin.
- “Journal d’un voyage au Levant“. (1848)3 vols. Paris: M.Ducloux.
- “A Constantinople“. (1867). Paris: Michel Levy.
- “Au bord de la mer: rêveries d’un voyageur”. (1867) 2ième édition, Paris: Michel Levy Frères.
- “A travers les Espagne” (1869). Paris: Michel Levy.
- “Andalousie et Portugal” (1886). Paris: Michel Levy.
Ida Pfeiffer
Ida Pfeiffer abandonó su condición de ama de casa y se lanzó a recorrer el mundo. A los 45 años, con los hijos ya independizados, vendió sus propiedades en Austria e inició su primer gran viaje a oriente medio. Tuvo que fingir que se trataba de una peregrinación a Tierra Santa para no despertar cotilleos y escandalizar a su entorno. Su aspiración era mayor. Entre 1846 y 1855 completó dos veces la vuelta al mundo y vivió un sinfín de aventuras e incluso algún intento de asesinato. Escribió sus relatos de viajes que tuvieron mucho éxito en su época.
- “Reise einer Wienerin in das Heilige Land” [Viaje de una vienesa a Tierra Santa]. Jakob Dirnböck, Viena. 1844.
- “Reise nach dem skandinavischen Norden und der Insel Island im Jahre 1845” [Viaje al norte escandinavo y a la isla de Islandia en 1845]. Gustav Heckenast, Pest. 1846
- “Eine Frauenfahrt um die Welt” [Viaje de una mujer alrededor del mundo]. Carl Gerold, Viena. 1850.
- “Meine zweite Weltreise” [Mi segunda vuelta al mundo]. Carl Gerold, Viena. 1856.
- “Reise nach Madagaskar: Nebst einer Biographie der Verfasserin, nach ihren eigenen Aufzeichnungen (Ihre letzte Reise)“. Carl Gerold, Viena. 1861.
Isabella Bird
La gran Isabella Lucy Bird, viajera, escritora, fotógrafa, naturalista británica del siglo XIX. Se trata de la primera mujer elegida miembro de la Real Sociedad Geográfica.
En 1854, Isabella le recomendaron hacer un viaje por mar, por lo que viajó a Estados Unidos acompañando a unos familiares. De las cartas que envió a su hermana durante este viaje surge su primer libro: “An Englishwoman in America“.
Su segundo viaje comenzó en 1872, visitando Australia, Hawái y Colorado. Durante este viaje escaló el Manua Kea y el Manua Loa, recorrió casi 1300 km a caballo en las Montañas Rocosas y mantuvo una estrecha relación con el forajido Rocky Mountain Jim. Su tercer viaje, entre 1878 y 1880, la llevó a Japón, China, Corea, Vietnam, Singapur y Malasia.
Aún tuvo tiempo de recorrer Irak, Irán, Persia, Kurdistán y Turquía. Su último viaje, realizado en 1901, fue Marruecos.
Escribió obras sobre sus viajes:
- “The Englishwoman in America” (1856)
- “A Lady’s Life in the Rocky Mountains” (1879) – “Una mujer en las montañas rocosas”
- “Unbeaten Tracks in Japan” (1880) – “Japón inexplorado”
- “The Golden Chersonese and the Way Thither” (1883)
- “A Pilgrimage to Sinai” (1886)
- “Journeys in Persia and Kurdistan“ (1891)
- “Among the Tibetans” (1894)
- “Korea and her Neighbours“ (1898)
- “The Yangtze Valley and Beyond“ (1899)
- “Chinese Pictures: notes on photographs made in China” (1900)
- “Notes on Morocco” (1901)
Amelia Edwards
Otra grande de su tiempo, la británica Amelia B. Edwards fue novelista, periodista, viajera y egiptóloga. Una enamorada de Egipto y de la protección de su patrimonio. Publicó varias obras sobre sus viajes:
- “Sights and Stories: being some account of a Holiday Tour through the north of Belgium“, 1862
- “A Thousand Miles up the Nile“, 1877
- “Untrodden Peaks and Unfrequented Valleys: A Midsummer Ramble in the Dolomites“. London: Longman’s, Green, and Co., 1873
Como curiosidad, también escribió un libro sobre la vida de Cervantes:
“The Story of Cervantes; A Scholar, A Poet, A Soldier, A Slave among the Moors, and the Author of Don Quixote“.
Eliza Scidmore
Esta norteamericana fue la primera mujer en publicar una fotografía en la revista National Geographic y también fue la primera en convertirse en miembro de la National Geographic Society en 1890.
Viajó por Alaska, Japón e Indonesia fotografiando y escribiendo sobre sus pasiones: la geografía, los viajes y la aventura.
Nellie Bly y Elizabeth Bisland, las mujeres que vencieron a Jules Verne
A finales del siglo XIX (1889) dos periodistas norteamericanas fueron protagonistas de una celebre y alocada competición. Objetivo: dar la vuelta al mundo en 80 días (o menos) siguiendo la estela de la celebérrima novela de Jules Verne.
Por un lado tenemos a la intrépida Nellie Bly que consiguió realizar el recorrido en tan solo 72 días con gran seguimiento mediático, azuzado por su periódico el New York World de Josph Pulitzer. Bly partió de Nueva York sola con una bolsa de viaje de mano por único equipaje y con malas experiencias marineras, ya que se mareaba con facilidad. Las crónicas de sus aventuras fueron ampliamente seguidas por el público de la época y publicadas más tarde en modo de libro. Puedes leerlas en: “La vuelta al mundo en 72 días y otros escritos…”
Su competidora era Elizabeth Bisland por la revista Cosmopolitan. Elizabeth inició el viaje con apenas unas horas de diferencia, pero en el sentido contrario, hacia el oeste. Con un estilo más literario y menos comercial y aventurero que Bly, estuvo a punto de ganar la competición. Todo apunta a que sus competitivos contrincantes, mediante sobornos, consiguieron que Bisland no embarcara en el barco final de Gran Bretaña a Nueva York, que la hubiese hecho ganadora, sino en un vapor más lento. El viaje le llevó 77 días, batiendo la marca de Verne, pero no la de Bly. Bisland escribió una serie de artículos para el Cosmopolitan sobre su viaje, posteriormente publicado como un libro: “En siete etapas: Un viaje volando alrededor del Mundo” (1891).
Mary Kingsley
En 1893 una británica desconcertó a la sociedad de su época: Mary Kingsley, que tras hacerse con una modesta herencia hizo realidad su sueño de viajar sola al África negra, quiso conocer las costumbres locales y defendió que no existía superioridad de los europeos por encima de los africanos. Sus crónicas de viajes tuvieron una amplia repercusión. Vivió con la gente del lugar, de quienes aprendió las formas de sobrevivir en la selva africana. En 1895 volvió a África para estudiar tribus caníbales y escaló el Monte Camerún (4100 m) por una ruta que no había sido abierta antes por ningún europeo.
Cualquier viajero sonreirá al leer esta reflexión de la autora:
Una de las peores cosas que se puede hacer en África Occidental es reconocer la existencia de un insecto. Si se ve algo que parece una langosta voladora es mejor no prestarle la menor atención; mantener la tranquilidad y confiar que desaparezca. No hay ninguna posibilidad de victoria en un combate cuerpo a cuerpo.
Mary Kingsley
Kingsley tiene dos obras sobre sus experiencias en África: “Travels in West Africa” (Viajes en África Occidental, 1897), que fue un éxito de ventas en sus tiempos y “West African Studies” (Estudios sobre África Occidental, 1899).
Annie Londonderry
Annie “Londonderry” Cohen Kopchovsky
El 25 de junio de 1894 Annie dejó a su marido a cargo de sus tres hijos en Massachusetts y durante 15 meses se dedicó a darla vuelta al mundo en bicicleta, durante el trayecto escribía artículos sobre su viaje y sus aventuras y promocionaba la marca de agua mineral Londonderry, que patrocinó su aventura.
LAS VIAJERAS PIONERAS DEL SIGLO XX
El siglo XX vivió el surgimiento de mujeres pioneras como Amelia Earhart, la primera mujer en volar sola sobre el Océano Atlántico. La expresión “la primera mujer que…” se antepone a la mayoría de sus nombres. El título las convierte en las pioneras, aunque sería más correcto decir “la primera mujer occidental documentada que…”.
Te presento a algunas de ellas:
Gertrude Bell
Esta increíble mujer exploradora británica jugó un papel determinante en la creación de los estados modernos de Oriente Medio. Ella era capaz de todo: fue arqueóloga, viajera, diplomática, escritora y fotógrafa. Los árabes la llamaban Al Khatun, mujer poderosa. En efecto fue una de las personas más poderosas de su tiempo en esa parte del mundo.
A partir de 1892 y de un primer viaje a Persia, descrito en su libro “Persian pictures” (Postales persas), Gertrude Bell recorre Oriente, Palestina, Siria y Arabia (que cruzó seis veces) y publica un segundo libro: “Syria, the Desert and the Sown”. A partir de 1907 participa en campañas de investigación arqueológica de numerosos sitios a lo largo del Éufrates. Fue la primera controladora de St John Philby, y le instruyó en las artes del espionaje.
En 1921 cooperó para poner en el trono iraquí a Faysal ibn Husayn, un hijo del jerife de La Meca. También ayudó a crear el Museo Nacional de Irak y promovió su convicción de que las antigüedades extraídas en las excavaciones deberían permanecer en su país de origen.
Tanto Gertrude Bell como T. E. Lawrence (Lawrence de Arabia) fueron los principales instigadores de la instauración de la dinastía hachemita en Jordania e Irak.
Al final de la I Guerra Mundial participó en el diseño de las fronteras de diversos países de la zona.
Sus obras:
- “Postales Persas” (1894).
- “Poemas del Diván de Hafiz Shams al-Din Muhammad Hafiz, traducido por Gertrude Bell” (1897).
- “Syria, the Desert and the Sown” (1907).
- “Amurath to Amurath” (1911).
- “Cartas” (1927).
- “Viajes por las riberas del Éufrates: por los caminos mágicos de Oriente” (Barrabés editorial).
Puedes consultar su archivo fotográfico en:
https://gertrudebell.ncl.ac.uk/
Harriet Chalmers Adams
También de la época de entre siglos: Harriet Chalmers Adams (1875-1937) creó escuela. Al no permitirle ingresar en el Club de Exploradores, exclusivo para hombres, pese a sus sobrados méritos como exploradora, decidió fundar la Sociedad de Mujeres Geógrafas (1925) para viajeras intrépidas como ella. Fue pionera en la fotografía documental de naturaleza. Viajó por todo el continente americano, desde México hasta los Andes pasando por Haití, y muchos de sus viajes aparecieron en la revista National Geographic. Realizó rutas recreando los viajes de Cristóbal Colón y Fernando de Magallanes y terminó su carrera fotoperiodística cubriendo la Primera Guerra Mundial desde las trincheras francesas.
Nunca he encontrado en mi género un impedimento; nunca he enfrentado una dificultad en la cual una mujer, como un hombre, no estuviera en la capacidad de superar; nunca sentí temor al peligro; nunca me faltó el coraje para protegerme a mí misma. He estado en lugares estrechos y he visto cosas difíciles.
Harriet Chalmers Adams
Edith Durham
En la bibliografía que escribí sobre Albania, ya te introduje a otra de estas viajeras y contadoras de historias, la británica Edith Durham. Al principio del siglo XX Edith recorrería pueblos y etnias de los Balcanes dejando constancia fotográfica, artística y documental de sus costumbres y cultura. Como fruto de los 37 años que pasó recorriendo los Balcanes, en especial la parte albanesa, escribió 7 libros de los cuales el más conocido es “High Albania” (1909) que puede encontrarse en español como “Las tierras altas de Albania”.
- “A través de las Tierras de los Serbios” (1904)
- “La carga de los Balcanes” (1905)
- “Gran Albania” (1909)
- “La lucha por Scutari” (1914)
- “Veinte Años de Confusión Balcánica” (1920)
- “El Crimen de Sarajevo” (1925)
- “Algunos Orígenes Tribales, Leyes y Aduanas de los Balcanes” (1928)
- “Albania y los albaneses: artículos y cartas selectas“, 1903-1944, ed. por Bejtullah Destani (I.B. Tauris, 2001)
- “El Resplandor en los Balcanes; obras selectas“, 1903-1941 editados por Robert Elsie y Bejtullah D Destani (yo.B. Tauris, 2014)
Osa Johnson
Del papel y la fotografía saltamos al vídeo para conocer a una de las “pioneras” en el documental de viajes. Osa Johnson (1894-1953): la primera viajera con una cámara de vídeo en la mano. La norteamericana, junto con su marido, se convirtió en una sensación durante los años 20 al salir a la luz sus aventuras por el Pacífico escapando de los ataques de tribus caníbales.
La figura de una mujer empuñando un arma para ahuyentar las serpientes emocionó a occidente y despertó una profunda simpatía en el público. A raíz de sus primeros trabajos, más orientados al entretenimiento, Osa consigue la financiación necesaria para realizar un gran documental de naturaleza en África, que cubría tanto el aspecto etnográfico como en el de naturaleza. Una vez más tenemos a una pionera, en este caso de vídeo de viajes.
Principales documentales:
- Wonders of the Congo (1931)
- Congorilla (1932); Filmada en el Congo
- Wings Over Africa (1934)
- Baboona (1935)
- Children of Africa: educational film (1937)
- Jungle Depths of Borneo (1937)
- Borneo (documental) (1937)
- Jungles Calling (1937)
- I Married Adventure (1940)
- African Paradise (1941)
- Tulagi and the Solomons (1943)
- Big Game Hunt (años 1950, para televisión)
Libros:
- “Jungle Babies” (1930)
- “Jungle Pets” (1932)
- “Osa Johnson’s Jungle Friends” (1939)
- “I Married Adventure; The Lives and Adventures of Martin and Osa Johnson” (1940)
- “Pantaloons; Adventures of a Baby Elephant“; (941)
- “Four Years in Paradise” (1941)
- “Snowball; Adventures of a Young Gorilla” (1942)
- “Bride in the Solomons” (1944)
- “Tarnish; Adventures of a Young Lion” (1944)
- “Last Adventure; The Martin Johnsons in Borneo” (1966)
- “La aventura de mi vida” (2015)
Más información en la web:
Delia Akeley
En 1923, con 50 años, Delia (Mickey) Akeley se lanzó a cruzar África a pie y sola (sin compañía occidental). No era su primera experiencia en África, pero sí la primera sin guías profesionales, en solitario. El recorrido le llevaría 11 meses en los cuales tuvo que sortear peligros de todo tipo y el hambre. Cruzó las orillas del río Zambeze, infestadas de cocodrilos y tuvo que soportar el acoso de los nativos y las enfermedades.
Ella defendía que su condición de mujer, lejos de ser un obstáculo le facilitaba el aproximarse a culturas más cerradas, que no veían en ella una amenaza.
Desde mi primera experiencia con las tribus primitivas del África central, hace ya 22 años, he tenido la firme convicción de que, si una mujer se aventura sola, sin escolta armada y vive en los poblados, podría hacer amistad con las mujeres y conseguir información más valiosa y auténtica sobre sus costumbres tribales.
Delia Akeley
Escribió un par de obras autobiográficas:
- “Jungle Portraits”
- “All True!”
Y sorprendió a sus contemporáneos con una obra en la que abordaba la psicología de un primate “J.T. Junior: The Biography of an African Monkey” (Macmillan,1928).
Alexandra David-Néel
Otra de mis exploradoras favoritas; la francesa Alexandra David-Néel. ¡Cómo admiro a esta gran viajera! Fue portada del Times, que la definió como “la mujer sobre el techo del mundo”.
Su fama y mérito: en el año 1924, consiguió, con gran esfuerzo, perseverancia y ciertas dotes de ingenio, ser la primera mujer occidental en acceder a la capital del Tíbet.
Alexandra visitó Egipto, Ceilán, India, Sikkim, Nepal y Tíbet. Había iniciado un viaje que ella dijo que le llevaría 18 meses. Fueron 14 años, por el camino vivió dos años en un monasterio budista, practicó y se hizo yogui. Para acceder a Lhasa, trazó un plan que narra en su libro “Viaje a Lhasa”:
“Les dijimos a todos que íbamos en busca de hierbas medicinales. Yongden se hizo pasar por hijo mío. Me teñí la piel con ceniza de cacao, usé pelo de yak que teñí con tinta china negra, como si fuera la viuda de un lama brujo. Decidimos viajar de noche y descansar de día. Viajar como fantasmas, invisibles a los ojos de los demás. Alguna vez tuvimos que hervir agua y echar un trozo de cuero de nuestras botas para alimentarnos”.
Alexandra David-Neel
Con 67 años, Alexandra se sacó el carné de conducir y viajó en el Transiberiano hasta China, país que recorrió durante diez años.
Al cumplir los 100 renovó el pasaporte. “Por si acaso”, aseguró ella.
Sencillamente la adoro.
Fue muy prolífica y escribió más de 30 obras sobre lo que fue aprendiendo en sus viajes, budismo, magia, folclore y hasta cocina tibetana. Entre ellos:
- “Voyage d’une parisienne à Lhassa” (1927)
- “Mystiques et magiciens du Tibet” (1929)
Para aquél que sabe mirar y sentir, cada minuto de esta vida libre y vagabunda es una auténtica gloria.”
Alexandra David-Neel
Freya Stark
Freya Stark, abandonó Bagdad equipada con una pistola, varios mapas, un equipo de supervivencia, un botiquín y el libro de viajes de Marco Polo en su bolsa. Durante los diez días que duró la marcha, cabalgo a lomos de un burro hasta su destino final: la legendaria roca de Alamut, conocida como el castillo de Qasi Khan -refugio de la famosa secta de los hashashin y de su líder, el sanguinario Han ibn al-Sabbah-.
Describió su viaje en “The Valleys of the Assassins” (1934) y recibió el Premio de la Royal Geographical Society en 1933.
Obras:
- “Baghdad Sketches” (Bagdad, The Times Press Ltd. 1932)
- “The Valleys of the Assassins and Other Persian Travels” (Mazandaran, Irán)
- “The Southern Gates of Arabia”.
No tengo ninguna razón para ir [a cualquier destino], excepto que nunca he estado, y el conocimiento es mejor que la ignorancia. ¿Qué mejor razón podría haber para viajar?
Freya Stark
VIAJERAS DIGITALES DEL SIGLO XXI
Junko Tabei
En tiempos más recientes, mujeres como Junko Tabei, la primera mujer (occidental documentada) en alcanzar la cima del Monte Everest, o Wangari Maathai, la fundadora del Movimiento del Cinturón Verde en Kenia, han inspirado a millones con sus logros y su determinación.
Robyn Davidson
Robyn Davidson, con 26 años cruzó sola los desiertos australianos, más de 2.500 kilómetros, durante 9 meses, con la única compañía de su perro y cuatro camellos. Recoge su historia en el libro “Tracks” y documentó su viaje para National Geographic.
En 2013 se realizó la adaptación cinematográfica de Tracks (en español: El viaje de tu vida), dirigida por John Curran y protagonizada por Mia Wasikowska.
Kira Salak
En la actualidad, viajeras como la intrépida periodista Kira Salak, continúan rompiendo barreras y abriendo nuevos caminos para las mujeres en todo el mundo. Como cuando decidió navegar sola en kayak el río Níger o cruzar Papua New Guinea con una mochila, colaborando con National Geographic.
- “Four Corners: A Journey into the Heart of Papua New Guinea”, National Geographic Books, 2004.
- “The Cruelest Journey: Six Hundred miles to Timbuktu“, National Geographic Books, 2004
Laxie Alford
La youtuber Lexie Alford, con su canal @LexieLimitless tiene el récord Guinness por ser la persona más joven del mundo en haber viajado a los 196 países reconocidos.
En un mundo cada vez más conectado y globalizado, es más importante que nunca celebrar y honrar las historias y logros de las viajeras. Su valentía y determinación nos inspiran a todas a soñar a lo grande, perseguir nuestras pasiones y explorar el mundo con curiosidad y asombro.
Que sus historias nos sirvan de recordatorio de que el viaje es tanto un camino exterior como interior. Que cada paso que damos, nos prepara para afrontar el camino hacia la realización de nuestros sueños y aspiraciones.
Nota 1: Mi intención es ir ampliando esta relación con nuevos personajes que descubra. Siento un interés especial por aquellas mujeres que quedan lejos del foco documental europeo centrista. Si conoces a viajeras que deberían estar en esta lista como caminantes, juglares y narradoras de viajes, házmelo saber.
Nota 2: Parte de los datos para confeccionar este artículo provienen de la base de datos del Proyecto cofinanciado por la UE: Women’s Legacy.
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