Explicar por qué pienso que deberías conocer la comarca turolense de la Matarraña no es fácil. Si me paro a reflexionar creo que la palabra que mejor la define es AUTÉNTICA. Cuando recorres las callejuelas de sus pueblos, las lonjas porticadas o te aúpas a lomos de una de sus colinas para contemplar las ondulaciones verde olivo a tus pies. Parece que esos mismos pasos se han podido dar siempre. La sensación de que, cada piedra ha estado siempre ahí y que, en cada restaurante, más que cocinar, aún se guisa; como se ha venido haciendo siempre. Además cosquillea en tu interior a sensación de que bajo esta tierra hierve la magia.
Si ya te ha picado la curiosidad, espero ayudarte a escoger qué ver y qué hacer en la Matarraña con esta información y con mis impresiones.
La Matarraña es un territorio especial. Constituye un terreno a caballo, fronterizo entre tres regiones: Aragón, Cataluña y Valencia. Tiene algo de todas ellas, fusionado con su carácter complejo y único. En La Franja, como la llaman algunos, se entremezclan las tres lenguas.
Creo que en algún momento el tiempo se olvidó de discurrir por estas tierras o decidió hacerlo más despacio y por eso, cuando llegas, te contagia la sensación de calma, una burbuja de tranquilidad que te permite respirar profundamente y dejarte embelesar. Conecta con las energías que se adivinan bajo la tierra, la Matarraña es como una antigua diosa que aguarda perezosa hasta ser nuevamente invocada.
Para los que han decidido bautizar la comarca como “La Provenza española”, malas noticias, no creo que lo sea. Equivale a decir que la Provenza es “la Matarraña francesa”. Ambas tienen cosas que envidiarse la una a la otra, de modo que dejemos a cada una con su propio nombre, bien merecidos ambos.
La Matarraña española, es ideal para descubrir paisajes, pasear entre olivos milenarios, pisar las mismas baldosas que recorrieron caballeros calatravos o templarios, ascender a montañas mágicas o acompasar los latidos de tu corazón con el rumor del agua.
Matarraña es un nombre que resulta pintoresco, proviene del rio que la atraviesa desde los puertos de Beceite hasta el Ebro, dando vida a un paisaje mágico, plagado de riachuelos, colinas, bosques, desfiladeros, pueblos de piedra y viejos castillos medievales. Todo puede ocurrir en la Matarraña y todo ha ocurrido ya.
Dieciocho pueblos conforman la Matarraña, muchos de ellos cuentan con destacados Conjuntos Histórico Artístico: Valderrobles, Calaceite, La Fresneda, Beceite, Cretas o Ràfales (los dos primeros figuran entre los más bonitos de España). Preciosos pueblecitos llenos de encanto medieval, tintados de ocres y terrosos, donde se apiñan las casitas como para guarecerse del frío.
Todos sus pueblos tienen tesoros, es difícil escoger entre ellos. Te puedo recomendar algunos, pero te invito a recorrerlos todos, hay poca distancia entre ellos.
Te propongo una clasificación algo diferente. Primero, te invito a conocer algunos pueblos con lugares que encontré especialmente mágicos: Fuentespalda con su Cueva del Agua, el despoblado íbero de San Antonio en Calaceite (precioso con la luz del atardecer) junto a la bonita villa medieval de Calaceite y por último el famoso emplazamiento de la ermita de Santa Bárbara en La Fresneda un poderoso santuario con connotaciones telúricas y místicas.
Elige el pueblo que quieras, la mayoría con una importante herencia desde los siglos XII y XIII, la época en la que la orden de Calatrava gobernaba en la zona. Los calatravos administraban encomiendas en Monroyo, La fresneda, Calaceite y Cretas.
Una atención especial la merece el encantador y patrimonial Valderrobres, aunque es el más turístico y concurrido, bien merece su fama y donde te invito a que dejes tiempo para mojar pan en la rica cocina de la Matarraña.
Todos los senderos que recorren la Matarraña son dignos de caminarlos. En especial te recomiendo el que recorre las estrechuras del recién nacido río Matarraña en el recorrido llamado El Parrizal de Beceite.
Puedes encontrar tesoros escondidos como el bello artesonado mudéjar de Peñarroya de Tastavins con sus leyendas o seguir entre olivos la ruta de los dólmenes y túmulos íberos para encontrar el lugar de descanso de nuestros antepasados.
Han pasado casi 10 años desde que recorrí estos lugares por última vez, guardaba un grato recuerdo de mis anteriores viajes, y al volver hoy, la Matarraña me sorprende, …una vez más.
Te incluyo a continuación el mapa de los lugares que comentaré en los diferentes artículos.
Aproveché para realizar las visitas guiadas a Valderrobres, Calaceite y la Cueva del Agua y me parecieron espectaculares. Los guías que me acompañaron son realmente muy buenos y con un gran conocimiento. Si quieres ir un poco más allá, estas son mis sugerencias.
Nota: Te sugiero estas visitas porque yo misma las he realizado y tengo opinión de primera mano, aunque los enlaces son en colaboración con Civitatis, si no me pareciesen buenas, no las recomendaría. Es mi compromiso personal contigo.
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